Montaña

Creo que me irá bien estar solo en esa grandiosa montaña. Escucho a Coldplay, leo La Vida Secreta de Dalí y me liquido un malta como en los mejores tiempos de Vitabrevis. Eso es vivir. Que mas quiero. La tristeza se curará sola, seguro.
Mañana no quiero que vuelva, ni verla, la odio, solo la noche y estos clocks, clocks, y eso que los aborrezco por hermosos que sean, pero parados, sin cuerda. Pero la música no, la música que no pare nunca, nunca.
Me fumo un Camel y me voy a soñar con esos relojes blandos de mi memoria.
Viva Salvador y viva el Pirineo.

VIAJE A LA LOCURA

Gracias por la música, es triste pero me encanta, ya lo sabes. Siempre la llevo pegada. Siempre me acompaña. Siempre, siempre. Es la música de las Historias.

Gracias por las fotos, gracias.

Creo que sí que ya necesito ensillar mi caballo y buscar la nube apropiada.

Seguro que a mi caballo le encantará viajar en compañía de Candilejas. Me ha dicho que le gusta Charlot.

Espero que los meteoros me sean propicios y me faciliten la llegada.

En Andrómeda seguro que no habrá tristeza, solo locura. Eso espero.

CABALLERO LOCO

He sido caballero negro y caballero de las dos lunas.

- Pero sabes que prefiero?

Ser un caballero loco.

Si, prefiero ser como tu, andante caballero, ser como tu un caballero loco y poder ver y apreciar y saborear esta parte de la vida que los demás no ven, ni aprecian, ni saborean, ni intuyen.

Esta parte de la vida que sí, que nos hace sufrir, que nos atormenta, que nos obliga a ser infelices, desgraciados, pobres , depresivos, todo lo que quieras, pero , sabes que?. Que en el fondo, lo mejor de esta vida está en esta locura, en estar locos, locos como tu, caballero loco.

ESPERANDO

Escondido en mi rincón, me veo esperándote.

Nadie pasa, nadie se asoma.

Pido una cara, un gesto, una señal que me diga que no estoy solo.

Solo con la luz del sol y sin panes ni calendarios.

Solo.

ÁNGEL DE FUEGO

-Esta noche mientras dormía he sentido que me llamaban suavemen-te por mi nombre.

-Polaris, tienes que acompañarme.

Era una figura esbelta y volátil, de una voz tenue y una giocondina sonrisa. Sin pensarlo, le he dado la mano y me he fugado con él. Era mi ángel.

Sin saber como, me he visto entrar en un edificio enorme, escalonado, que yo ya conocía en su aspecto externo.

En la entrada, mi acompañante me indica que he de seguir solo. Levanta la mano y con el índice me muestra el camino. Sigo por unos complicados laberintos solo y con la ayuda de una luz que aunque tenue es suficiente.

Ahora me encuentro frente a él, es majestuoso y sencillo, severo y agradable. Su mirada me impresiona de tal forma que me indica que me conoce totalmente. Sin mediar palabra, sé lo que quiere de mí.

-Al fin puedo dormir tranquilo y querer a los que quiero.