AMANECER


Como en una batalla de álfiles, caballos y torres; el rey y la reina,
nosotros dos, esperamos al final para poder combatir.
Siempre hemos estado a la espectativa y siempre en guerra.
Te acuerdas?.
Nos intentan quitar nuestra historia. Nuestras historias inventadas.

Que te parece si les enviamos nuestros ejercitos de nubes, de rayos y de arco iris?.


domingo, 6 de septiembre de 2009

LIBRO DE BITÁCORA



Estoy buscando un libro de viajes. Quiero viajar, cerca o lejos, pero viajar. En un cajón, encuentro un libro que me habla de los sueños. Que bonitos dibujos, mágicos diría yo, te trasportan a la fantasía, a los cuentos de nuestra infancia, a las estrellas. Pero son solo dibujos, del por qué de los sueños, nada. Al final pienso que su autor debió de quedarse dormido para poder soñar con sus dibujos.
Cuando dormimos desaparecemos. Solo hay algo en tu sueño que es eterno, tan eterno como la sonrisa de un faraón.
Estamos desconectados casi por completo de este mundo y viajamos al otro.
Que felices seríamos de poder ser conscientes de tal viaje. Desaparecer en el silencio de la noche y seguir solo con la luz de la luna, no regresar hasta el fin del viaje pero llevando nosotros el timón. Igual que en los otros viajes, en este, también conocemos nuevos seres, nuevas tierras, nuevos problemas y sobretodo, aprendemos a seguir, aprendemos un poco de la vida de aquí y la de allá y sobretodo de la vida en las estrellas.
Pero tristes de nosotros, al regresar, la luz del día nos esconde en algún rincón de nuestra vida el libro de bitácora del mejor viaje de nuestra vida.

TRISTEZA



Con la tristeza a cuestas voy camino de la montaña. Ya sabes que voy en busca del Oráculo y de su Pitonisa. En mi Oráculo no habla la sacerdotisa poseida por Apolo, sino mi querida Pitonisa.
Ella me conoce, me deja ser yo mismo y me deja ser Polaris, me deja hablar. Me ruega que mi yo hable con mi otro yo. Que hable con Polaris, que aclaremos las cosas. Hasta aquí soy yo y hasta aquí Polaris, así seguro que estaré mejor. Que le hable cara a cara y le diga quien soy yo, y lo que quiero.
Le haré caso, escucharé el silencio que hay entre mis pensamientos y buscaré al Polaris que hay en mi.
Aquí la soledad es la ayuda que precisan mis pensamientos para acercarme al silencio, para dejarme encontrar la temida tristeza.
Gracias Pitonisa, hablando contigo la tristeza se ha vuelto melancolia y poco a poco en el camino de regreso creo adivinar que en tus palabras había escondida la sonrisa del Oráculo.